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El IBV promueve la integración laboral de las personas con diversidad funcional en el sector quimico

El Instituto de Biomecánica ha presentado el estudio “Integración segura de personas con capacidades diferentes en el sector de la Industria Química” llevado a cabo en colaboración con la Federación de Industrias Textil-Piel, Químicas y Afines de Comisiones Obreras (FITEQA-CC.OO.), la Federación Estatal de Industrias Afines de UGT (FIA-UGT) y la Federación Empresarial de la Industria Química Española (FEIQUE).

Esta jornada ha sido inaugurada por Pedro Montero, director gerente de la Fundación para la Prevención de Riesgos Laborales (FPRL) que ha financiado el proyecto, Cristina Rodríguez-Porrero, directora del Centro de Referencia Estatal de Autonomía Personal y Ayudas Técnicas (CEAPAT) y Pedro Vera, director del Instituto de Biomecánica.

El objetivo de este proyecto, tal y como ha explicado el director de Salud Laboral del IBV, Alfonso Oltra, es “promover y mejorar las condiciones de trabajo de las personas con diversidad funcional en el sector químico proporcionando pautas que permitan eliminar o mitigar las barreras físicas y psicosociales en el sector”.

Además, ha añadido, “nos hemos centrado en estudiar qué acciones pueden mejorar las condiciones de salud y seguridad en el trabajo para este colectivo, proporcionar pautas para ello y llegar a producir un cambio de hábitos y conductas con la finalidad de conseguir una completa integración de las personas con diversidad funcional y así reducir los riesgos laborales a los que se enfrentan estos trabajadores”.

Para todas las personas, el trabajo es uno de los elementos centrales de la vida, ya que es fuente de independencia económica, estabilidad personal y normalización social.

Esto no cambia en el caso de las personas con capacidades diferentes. Como han destacado los autores del estudio, “el problema es que este colectivo puede tener especiales dificultades para encontrar o mantener un trabajo. Estas dificultades se deben en muchos casos a factores que no tienen que ver con la capacidad de la persona para realizar las tareas esenciales, sino con la falta de adaptación del puesto de trabajo o con la existencia de riesgos laborales”.

El objetivo final de este material es proporcionar herramientas de utilidad para todos los agentes implicados en el proceso de inserción laboral de personas con capacidades diferentes, sensibilizar sobre las oportunidades y ventajas que presenta la incorporación de estos trabajadores, mostrar las posibilidades de integración en el sector y facilitar los instrumentos y ayudas que faciliten dicha integración.

Alfonso Oltra ha explicado que “a la hora de incorporar a una persona en un entorno laboral es fundamental identificar las barreras, tanto físicas como psíquicas, a las que se enfrentará y que pueden provocar la aparición de riesgos laborales. En primer lugar es necesario realizar una evaluación inicial que permita comparar las demandas de los trabajos con las capacidades funcionales de los trabajadores; a partir de las conclusiones de esta comparación se podrán identificar actuaciones necesarias para la adaptación del puesto de trabajo”.

El sector de la Industria Química es un sector de gran importancia económica en España. Según la Federación Empresarial de la Industria Química Española (FEIQUE) está compuesto por 3.508 empresas que facturan anualmente 51.284 millones de euros, generando el 10% del Producto Industrial Bruto y más de 500.000 puestos de trabajo directo, indirecto e inducido en España.

El estudio señala que la Industria Química consta de una gran variedad y cantidad de puestos de trabajo que hacen más factible la integración de las personas con diversidad funcional.

Este colectivo presenta especiales dificultades para encontrar o mantener un trabajo. Dificultades, en muchos casos, debidas a factores que no tienen que ver con la capacidad de la personas para realizar las tareas esenciales, sino con la falta de adaptación al puesto de trabajo o con la existencia de riesgos laborales. Frente a los prejuicios existentes, las experiencias de integración laboral demuestran que la contratación de personas con diversidad funcional es beneficiosa y rentable tanto en el aspecto humano como en el económico.

Estos trabajadores están más motivados, los costes asociados a la contratación de personas con diversidad funcional son bajos y están en gran parte financiados mediante incentivos. Además, la inversión en mejoras ergonómicas en los puestos de trabajo repercute favorablemente en las condiciones laborales de todos los trabajadores, lo cual lleva a una mayor satisfacción y productividad de los mismos y a una reducción en el absentismo y bajas laborales